Hasiera > Artikuluak > 2004 > La república de la palabra (2004-01-29)
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Jakue Pascual - Sociólogo

La república de la palabra

Meses antes de morir Franco, una banda de mocosos sellaron un pacto secreto para escuchar significados ocultos en canciones prohibidas por el régimen de los uniformes grises. Se habían hecho con un complejo manual de propaganda sonora, traído de extranjis, y que había llegado a sus manos a través de las más insospechadas fuentes. Este simple acto, contra la censura, os aseguro, marco su compromiso con la palabra libre.

El problema que plantea el veto que se impone a músicos, cineastas y artistas es el de la estructuración de un artificio de represión de las ideas en el que convergen tertulianos radiofónicos, internautas, alcaldes, militantes de extrema derecha e innumerables números de las fuerzas de seguridad capaces de proyectar, con sus actos y manifestaciones, la apariencia de exclusión de la escena de los elementos que componen el panorama cultural vasco en su conjunto. Así, se construye un espacio tridimensional donde la expresión libre queda mediatizada, al establecerse, desde posicionamientos particulares convergentes, los límites que obligan a justificar toda expresión que les sobrepasa. Siguiendo ese discurso, es lógico que lo vasco sea culpable, máxime cuando la acción excluyente se dirige prioritariamente sobre aquellos elementos que, aun representándolo, disienten abiertamente de los postulados prefijados unilateralmente por estos grupos de presión.

Los intentos de silenciar las críticas a la guerra, a los desastres ecológicos, a los cierres de diarios, a la prohibición política... durante actos culturales como los Premios de la Música, Goya. Amigo o Max. La campaña para arrojar de los escenarios a Soziedad Alkoholika, Su Ta Gar, Berri Txarrak, a Fermín Muguruza o el ataque a la creación independiente sufrido por 'La pelota vasca', son claros ejemplos del cerco que se impone a la expresión. La estructura comunicativa de los grupos de presión de la derecha centralista es sencilla: sobrerrepresentación de espacios de interés táctico (O.T, G.H. e informativos), masificación residual del resto de comunicaciones consideradas tangenciales y eliminación selectiva de los disidentes incrementando progresivamente su círculo, dado que gran parte de las manifestaciones culturales quedan fuera de la lógica preestablecida por ellos.

La situación es muy grave. Por eso es de agradecer la actitud valiente y decidida de nuestros intérpretes culturales agraviados y las muestras de solidaridad recibidas desde todos los lugares e instancias sociales, artísticas e institucionales. La implicación republicana por la palabra libre es el único camino para una expresión sin mordaza.

 

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