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Jakue Pascual - Sociólogo

Tomato ketchup

Una risueña pareja posa en lo alto de la escalerilla. Son los Reagan que saludan antes de su tradicional traspiés. Una estampa clásica de mejillas sonrosadas, tonos pastel y tupecillos, que evoca las estampitas pro-familia de cualquiera del millón de sectas evangélicas que bendicen América. Sólo el sofisticado reactor desentona tras lo que podría ser un anuncio de aerolíneas de los cincuenta.

Han pasado años desde que Ronald participara en la caza de brujas. El secundario actor, devenido en delator, es el nuevo mandatario. La crema de cacahuetes ya no estaba en la dieta cuando se hospedó en la Casa Blanca. Los hippies habían sepultado el Watergate entre un montón de letras, mientras una generación de yuppies se camuflaba vestida a la inglesa, mostrando desafiante las puntas de sus paraguas. La distinción neoliberal marcaba tiempos de salvaje competencia. La cruzada anticomunista se había rearmado. La era neoconservadora iniciaba su involución trinitaria: Thatcher, Juan Pablo II y Reagan.

Un contexto en el que se denuncia el despliegue de los euromisiles que siembran de ojivas nucleares el continente, se construye el movimiento anti-OTAN y se baila con los Kortatu el pogo de la Nicaragua Sandinista. Reagan invade la minúscula Granada, soporta el régimen de los escuadrones de la muerte salvadoreños y sus aviones bombardeaban Libia. Pero al actor-presidente se le recuerda, sobre todo, por haber dado el mayor salto cualitativo en carrera armamentista alguna con la Guerra de las Galaxias. Una escalada que otorgó a los EE.UU. la superioridad tecnológica y contribuyó al colapso de la política económica de la U.R.S.S.

Ha fallecido el que fuera el cuarentavo presidente de los Estados Unidos. En el panegírico sobran la miseria generada por las políticas neokeynesianas de su gabinete, el tráfico de armas con Irán, la ausencia de sanciones contra el apartheid, los discursos sobre tumbas nazis o el esclarecer la ayuda dada a facciones guerrilleras afganas que controlaban campos de opio y anticipaban la red Al Qaeda.

El docudrama Los Reagan -retirado por CBS- muestra a Nancy zurrando a sus bástagos, a la par que afirma –en sintonía con los recortes del Departamento de Agricultura- que el ketchup es un vegetal; y a un Ron que ignora cristianamente al SIDA, durante años que se llenan de infectados, porque los que viven en pecado perecen en él. Quienes trataron al presidente no se ponen de acuerdo sobre su valía. Para Vernon Walters era un hombre admirable que huía de la mediocridad exigiendo cualificada talla a sus ayudantes; mientras que para la Dama de Hierro tenía un hueco entre una oreja y otra.

 

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